¡Cuantas veces habrá dicho eso una persona ingresada en un hospital!
Pero…, ¿Realmente es tan mala la comida en los hospitales?
La respuesta es que no.
Objetivamente hablando, se trata de una comida elaborada con mucho mimo. Se cuidan todos los detalles, buscando que el paciente se alimente de un modo suficiente. Sin riesgos higiénicos, y lo más agradablemente posible dentro de los límites de cada caso. Además, se suele dar a escoger a los pacientes entre varias opciones de menú, siempre que las características de su tratamiento lo permitan ( todo esto es así al menos en los hospitales que conozco ).
De todas formas, y a pesar del importante esfuerzo realizado por parte del personal hospitalario, en muchos casos, la comida resulta poco placentera.
Ello es debido sobretodo a la propia situación del paciente. Y es que, cuando no se está bien, se tiene menos apetito.
Además, al cocinarse con poca sal para evitar riesgos para la salud, quizás cuesta un poco que nos acostumbremos al sabor, ya que en nuestras casas tendemos a abusar de la sal.
Como conclusión, podría decirse, que aunque la comida hospitalaria es en general buena, nuestra percepción subjetiva hace que en muchas ocasiones no la veamos así.
Yo sólo he estado una vez una ingresada y la verdad, que me sorprendió lo buena que estaba la comida. Yo creo que lo de la "comida mala en el hospital" es de otros tiempos, seguro que nuestros abuelos o padres "sufrirían" comiendo. Me acuerdo que cuando ibas de visita la gente intentaba colar algo para hacer más llevadera la estancia al ingresado. Pero vaya, supongo que dependerá del presupuesto, arte y maña de cada cocina, no?
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Yo estuve ingresada hace 5 meses y aunque la estancia fue corta, la comida era buena. Otra cosa es lo que comentas, que a lo mejor la situación personal no acompaña (de hecho si se está ingresado en un hospital, suele ser lo común) y nos parece horrible. Además puesto que hay opciones para elegir, siempre habrá alguna que nos guste.
ResponderEliminarA veces viene bien, para valorar lo que tenemos en casa.