El efecto fue inmediato.
Aquellos organismos alienígenas no pudieron procesar aquel alimento vegetal.
Si los cuerpos de los romis asimilaban instantaneamente la sustancia de la carne , también se colapsaban instaneamente con alimentos ajenos a su campo alimenticio.
Vamos , que la guarnición cayó fulminada.
Lo habían logrado. Lonchito y su grupo habían conseguido dar la libertad a todos los humanos de la mina.
Ahora comenzaba una nueva era para la Humanidad.
Huyeron todos de allí. No volvieron tampoco al huerto de Lonchito , sino que partieron hacia unas montañas que nuestro protagonista había contemplado desde lejos durante sus noches en la huerta.
Allí pensaban que sería más fácil protegerse de los romis y comenzar una nueva vida.
Pero ¿ cómo llegar ?. Lonchito era fuerte y su grupo más cercano estaba también en bastante buena forma , sin embargo el resto....
La única solución era darles fuerzas. ¿ De qué modo ?.
No había problema : era la época de los frutos secos.
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