Así era , los romis partieron en pos de nuestros protagonistas dejando únicamente una pequeña guarnición en la mina.
Era la ocasión que Lonchito esperaba para intentar liberar a toda la población minera.
¿ Cómo lo harían ?.
Lo habían discutido:
Letrín : " podríamos probar algo parecido a lo del vino ".
Lonchito : " no creo que se les pueda engañar otra vez con lo mismo ".
Letrín : " no digo con vino , sino con otro engaño alimenticio "
Lonchito : " explícate ".
Letrín : " si les sienta tan mal el vino quizá otras cosas también. Tal vez no toleren más que su monótona dieta de carne y mineral. De modo que he pensado ......".
Expuso su plan , que fue acogido con entusiasmo por la mayoría.
Lo que siguió fue esta maniobra:
Con unos huevos de ave que encontraron en unos nidos , rebozaron un buen montón de acelgas que tenían. Después un chavalín se coló con sigilo en la entrada de la mina y dejó la bandeja con el presente vegetal.
Los vigías romis olfatearon comida y se acercaron.
Con el huevo las acelgas parecían un plato de carne y los guardias las engulleron sin pestañear...
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