domingo, 9 de junio de 2013

Cuentos de Lonchito ( cap 11 )

Nuestros amigos llevaban semanas de viaje rumbo a las montañas.
De vez en cuando vislumbraban partidas de romis cercanas , pero hasta el momento habían conseguido mantenerse ocultos en los frondosos bosques de la región.
Cazaban conejos , pájaros y otros animalillos. Además comían , como ya conté , frutos secos. Así mismo tenían un poco de miel guardada de los tiempos de huerta de Lonchito.
Con estas cosas iban tirando.

Por fín un día llegaron a las estribaciones del anhelado macizo montañoso. Y se disponían a iniciar la ascensión cuando de pronto se toparon de frente con un romis.
Era raro ver a uno solo. Por lo visto se había quedado retrasado de una partida de  caza.
Fue un momento crítico.
Si daba la alarma y les descubrían todo podía perderse.
Lonchito no se lo pensó dos veces. Agarró una piedra de grandes dimensiones y la arrojó con fuerza sobre el enemigo. El impacto fue definitivo. No hubo más. Todos respiraron aliviados.
Tras esto ocultaron el cuerpo del romis y se llevaron las piezas de su armadura por si les servían para algo.

Se pusieron en marcha ....
Al anochecer llegaron a la cima y ¡ menuda sorpresa ! , había una especie de microclima templado.
Comprobaron que , mientras en las laderas de la montaña ya había algo de nieve , en la cima la temperatura era muy agradable.
Además observaron atónitos como allí contaban con rebaños de ovejas y demás. También arboles frutales  y todo tipo de plantas comestibles. Vamos , el paraíso terrenal.

Todos lloraron de alegría. Lo habían conseguido.

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