Todo el mundo debe en la medida de lo posible cuidar la alimentación si quiere proteger su salud. Pero más aún se tiene que velar por la buena alimentación de quienes tienen un organismo más vulnerable, como son: las personas mayores, embarazadas, enfermos.....y los niños.
Y ahí quería yo llegar, a los niños. Es fundamental que los más pequeños reciban los mejores cuidados en todos los sentidos y, como no podía ser menos, también en el aspecto nutricional.
A través de la comida el niño tiene que asimilar todo lo necesario para su correcto crecimiento y desarrollo.
Recalco lo de " correcto " ya que habiendo tantas posibilidades diferentes a la hora de comer, cosa que sucede actualmente, es más complicado tal vez saber escoger lo adecuado.
Un ejemplo de lo que estoy hablando se puede contemplar en los recreos de los colegios. Hay quien lleva bocadillos para almorzar, y quien se come algún producto de repostería industrial.
Todos conocemos el buen sabor de palmeras, garrotes, bollos y demás. Pero siempre será más aconsejable un buen bocadillo. Este último nos dará energía y no nos transferirá ninguna de las sustancias nocivas que van con la bollería industrial como aditivos, exceso de grasas, exceso de azúcares, etc.
Aunque se debe aclarar que no toda la bollería es igual de negativa, y que por tanto alguna vez se le puede dar al niño un caprichillo. Pero recomiendo que sea sólo de vez en cuando.
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