domingo, 29 de diciembre de 2013

Todo el día

Todo el día 26 de Diciembre me habría podido estar sin ingerir alimento alguno. Tranquilamente , sin ningún problema.
Comí por comer. Pero ya digo que no hubiese tenido la más mínima dificultad en pasar ese día sin probar bocado.

¿ Por qué ?.
Muy sencillo. Es el resultado de la cena de Noche Buena y de la comida de Navidad.
Fue tal la cantidad de comida que entró en mi aparato digestivo entre esas dos sesiones de zampado , que se me quitó el apetito para muchas , muchísimas horas.

Entre las madres y las suegras siempre se las arreglan para que comas a base de bien.
Ponen mucho y muy bueno.
Porque ese es el quid de la cuestión. No es tanto el problema que en la mesa haya gran cantidad de platos , sino el hecho de que dichos platos estén muy ricos.
Claro , si hay mucha comida pero no nos " llama " especialmente , seguramente no acabemos engullendo mucho.
En cambio si está buena......

En fín , ahora hay unos días de tregua que habrá que procurar aprovechar para ser más comedidos.

Si , porque en nada estamos en Noche Vieja...

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