La gente muchas veces miente cuando va a una consulta dietética.
Si alguien acude a un dietista porque quiere perder peso, se le hace una serie de preguntas para poder conocer las circunstancias particulares de esa persona, ya que cada individuo es único.
Una de las preguntas que hará el dietista será la referente a los hábitos alimentarios, tanto en cantidad como en calidad de alimentos.
Y he aquí que muchas personas en ese momento mienten. Si comen realmente una determinada cantidad de alimento, dirán en cambio que comen bastante menos.
¡ Hay que ser tonto !. Cuando el dietista ponga la dieta, la hará partiendo de la alimentación que llevaba el paciente antes de la consulta. Es decir que efectuará una reducción de cantidades respecto a lo que supuestamente ingería la persona .
¿ Qué ocurre con esto ? . Pues que la dieta a seguir puede ser intolerable, entre otras cosas por la gran diferencia en cuanto a cantidad de comida entre la ingesta original real del paciente, y la dieta pautada.
Por ejemplo si una persona se comía antes de ponerse a dieta un melón entero de postre, y le dice al dietista que comía dos tajadas de melón, ocurrirá que en la dieta a lo mejor sólo se podrá comer una tajada.
Menudo hambre va a pasar esa persona ¿ no ?.
Vamos que diciendo la verdad, aunque se pasará hambre, no será tanto el padecimiento.
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